El enólogo español Rafael Cañizares, propietario de Bodegas Volver, estuvo de visita en Panamá; conversamos con él sobre su trayectoria y pasión por la viticultura
Este contenido es patrocinado por H.Tzanetatos Inc.
El mundo del vino nunca ha sido ajeno para Rafael Cañizares, desde que tiene uso de razón ha formado parte de él. Su bisabuelo fue el primero en cultivar la vid a comienzos del siglo XX en la región de Castilla-La Mancha, al centro de España. “En aquella época el vino se vendía a granel, no se embotellaba. Era 1920, luego hubo un parón en la producción y yo volví a empezar casi cien años después”, comenta.
A raíz de ese impulso, abrió su propia bodega en 2004 y la llamó “Volver”. Un siglo después los Cañizares volvieron a hacer su propio vino, recuperaron las uvas autóctonas de la zona y se dedicaron a cuidar los viñedos para garantizar un producto de calidad. Además de Cuenca, también producen vinos en Alicante, Cañizares fue tras la variedad 100% Monastrell que solo se origina en esa zona. Fue así como creó el que hasta ahora es uno de sus vinos más premiados: Tarima Hill, disponible en Panamá gracias a la distribuidora H.Tzanetatos Inc.
La revista Wine Spectator lo incluyó en la lista de los 10 mejores vinos del mundo del 2023 por su relación calidad precio y le otorgó 92 puntos. No es la primera vez que Bodegas Volver obtiene este reconocimiento, en 2017 ya había sido seleccionado como uno de los 100 mejores vinos del mundo, por la prestigiosa publicación.
El vino de Alicante
Tarima Hill se elabora con uvas procedentes de varios viñedos situados en los pueblos del río Vinalopó, en Alicante, y se añeja en barricas de roble francés durante 14 meses. Es un vino de color cereza, equilibrado y con mucho cuerpo, que se destaca por sus notas florales y frutales como las frambuesas negras y los arándanos.
Actualmente Bodegas Volver elabora vinos con seis denominaciones de origen (D.O.): La Mancha, Alicante, Jumilla, Valencia, Almansa y Cava, entre cepas blancas y tintas.
“Nos preocupamos por hacer vinos de calidad, siempre estamos innovando. La creatividad juega un rol fundamental, buscamos mantener el nivel en lo más alto y ser consistentes. No es fácil pero cuando disfrutas lo que haces, resulta un trabajo muy llevadero”, dice Cañizares.
Desde chico supo que lo suyo, al igual que el resto de la familia, era la enología. En 1988 terminó sus estudios y siguió los pasos de su padre y su abuelo. Más tarde fue catalogado como una figura clave en la internacionalización del vino español en la década de los noventa. Con Bodegas Volver ha logrado tener presencia en 35 países, desde Centroamérica hasta Asia. Sus principales mercados son Estados Unidos y Canadá. También está en Costa Rica, Colombia y Perú, próximamente espera seguir creciendo y llegar a Guatemala y México.
Sofía, la generación de relevo
El futuro en Bodegas Volver pinta femenino con la llegada de Sofía Cañizares, hija de Rafael, quien a sus 25 años de edad también ha elegido el camino de la viticultura y ha roto la línea masculina que predominó en la familia durante mucho tiempo.
“Sofía será la quinta generación, ella significó un cambio porque mi hijo no estudió enología. La industria también está cambiando en ese sentido, cada vez hay más mujeres haciendo vinos en Europa aunque se trate de una industria bastante masculina. Mi hija está muy ilusionada, yo solo quiero que haga lo que más le gusta y tome las decisiones que tenga que tomar”, afirma Cañizares.
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